¿Cuál es tu legado?

¿Qué elijo dejar de mí a mi hija y mi hijo?

Un legado es algo que se deja o se transmite a otras personas. Cuando me convertí en madre, sentí una responsabilidad enorme. No solo la de asegurar la supervivencia de mi hija, sino también la de considerar qué le estoy dejando de mí.

La sorpresa de la maternidad

Ser madre es ser maestra de esta criatura que, sin saberlo, solo por ser, me enseña tanto sobre mí y la vida. Esta fue la sorpresa más grande al entrar en la maternidad. Cuando me imaginaba madre, solo veía todo lo que yo le iba a enseñar, y no había imaginado todo lo que ella me iba a enseñar a mí, y sobre todo cómo este ser tan pequeño podría revolucionarme, cuestionarme, y hacerme sentir perdida en el sentido de quién soy y para qué estoy aquí.

Educar desde el ejemplo

Quiero abrirle todas las posibilidades a mi hija, permitirle tener lo que ella quiera en la vida. Pero para eso tengo que saber enseñarle cómo hacerlo. Debo aprender a ser, a vivir según mis principios y en coherencia con ellos. Ser perseverante en la educación que doy para que estos se conviertan en el legado que quiero para mi hija y mi hijo.

Educación consciente

Elegir una educación consciente es clave porque tiene un objetivo claro. Es una brújula que me recuerda cada día por qué quise ser madre y qué es lo que quiero dejar de mí en la tierra. Elegir un camino conscientemente y seguirlo es lo que me da las fuerzas y la energía para ser perseverante.

Conectar con la naturaleza de ser

Volver a conectar con la naturaleza de quién soy, con la ligereza que va ligada a la inocencia, encontrar a esa niña interior que se quedó atrás. Mis hijos son pura alegría y para que mantengan esta actitud alegre y espontánea, es importante que yo como adulta la trate con mucho cuidado. Contagiarme de esta alegría en vez de querer controlarla porque ahora no toca… Sentir la ligereza de este estado inocente que solo pide expresarse.

Sabiduría infantil

Recordar lo que era sentir este amor constante por la vida, en el presente, sin preocupaciones por lo que viene después. Esta sabiduría nos la enseñan nuestros hijos. Aprendamos de ella para ser la guía que ellos necesitan.

Mi legado

Mi legado es quién soy hoy y cada día. Todo lo que aprendo y cómo me transformo es para que mi hija y mi hijo tengan todo el potencial disponible para, a su vez, evolucionar y seguir siendo ellos mismos, verdaderamente, a pesar del paso del tiempo.

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